03 de diciembre de 2008 :
Santander-Irún
Cena de alto riesgo con tu familia
Sábado noche
Vestida para ser follada, por cualesquiera que tenga un ápice de sangre en los genitales, ¡por las calvas de Risto!.
... Cómo se te ocurre ponerte ese modelito que apenas te cubría las bragas; con ese escote que incitaba al delito sin premeditación pero con alevosía y ensañamiento; esas medias negras, con blonda de encaje ensalzando tus ya de por sí perfectas e interminables piernas; las botas de mosqueperra con diez cm de aguja que siempre me pierden; y esa mirada EMPUTECIDA, aliada cruel de una sonrisa insinuante y provocadora que, con tu SUBLIME naturalidad perversa, irremediablemente terminan siempre por desarmarme.
Definitivamente eres una lolita excepcional, y complaciente, y yo sigo siendo ese cabrón que tienes por chulo, y que solo piensa en saciar su instinto depravado con el cuerpo que le pertenece.
Llevarme de fiesta ... ufff; tú no ves el peligro, nena.
De antro en antro, de barra en barra y, apurando la noche antes de que la luz solar nos mutile fatídicamente con horrendas quemaduras; tal vez no fuera lo más acertado pero era lo que nos pedían a gritos tus estrógenos y mi testosterona.
... Ya desde aquella primera cerveza, mis manos ociosas acariciaban suave, y lentamente, el interior de tus muslos ardientes, a la vez que te comía la boca sometiendo tu voluntad a capricho, al tenerte acorralada contra la esquina que solemos apropiarnos en cualquier cuchitril infecto de los que frecuentamos, siempre que voy a verte.
Abusar de tu punto mas débil al morder, lamer y exhalar mi aliento sobre tu desnuda nuca, entre la sudorosa masa de gentes sin rostro que se amontona en los locales de moda, no hace sino subirte la lívido hasta cotas inalcanzables para el resto de los mortales.
Afortunadamente el volumen de la música siempre es ensordecedor.
Y mejor así : las notas distorsionadas amplifican la excitación, y en combinación con el alcohol, incrementan el deseo. Por eso terminaron mutándose en uvas pasas las yemas de dos de mis dedos. Por eso cerraste los ojos y abriste la boca sin poder (o sin querer) disimular el proceso de envejecimiento de mis huellas dactilares en presencia de tanto testigo sin credibilidad.
Al percibir (de nuevo) tu mano dentro de la bragueta en el tugurio que precedió a la cama ... y coincidiendo con el último trago de cerveza que, apuraba directamente de la botella, no lo pude evitar : Instintivamente baje el brazo que sujetaba el vidrio hasta ponerlo por debajo del vuelo de tu vestido, y trazando un movimiento ascendente para alcanzar tu entrepierna, me dispuse a dibujar tu sonrisa vertical con la embocadura de aquel consolador improvisado ... de arriba abajo y de abajo arriba; lo que me valió para que interrumpieras por un momento el juego malicioso que te traías con mi sexo, y dejándome el susodicho al aire, para volver a ocuparte posteriormente de él, te acomodaste abriendo las piernas ligeramente ... Mmmm; y tras retirar a un lado la prenda dorada que guardaba mi tesoro, me guiaste la mano para asegurarte de que Heineken avanzase profundizando dentro de ti.
>> Fue un puto DELIRIO sentirte EMPUJANDO de esa manera con las caderas, una y otra vez, mientras te sujetabas fuertemente con un brazo a mi cintura, tu cabeza reposando en mi hombro, tu garganta jadeándome sin cesar al oído y tu otra mano ordeñando firmemente mi polla.
¡Qué jodienda!, que estando en lo mejor, apagaran la música, encendieran las luces y nos invitasen a todo el mundo a joder a casa. Cinco minutos (5) más y ...
Ostiaputa!!, jamás imaginé que lamer y chupar el cuello de una botella vacía me iba a proporcionar tanto placer.
Alguno pensaría que estaba borracho, o que era un gilipollas integral, pero ... pobres animalitos, si es que son como niños, coño.
Ahora ya sabes lo que no tienes que hacer cuando me veas con una birra en la mano. O sí ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||.
¿EL RESTO DE LA VELADA?
POR SU CONTENIDO SANGRIENTO
... y descaradamente pornográfico, no lo voy a desvelar.
Total, para qué; nadie lo iba a creer ...
&
Este era el tema que sonaba mientras le dábamos a la botella :
y ahora no puedo reprimir el beber una cerveza a morro ...
[cada vez que escucho la puta canción de los cojones]
